No necesité buscar un CD de Chuck Berry cuando me enteré hoy que había fallecido a los 90 años: mi CD de Chuck Berry está siempre al lado del equipo de música.
También está por ahí el cassette del programa que hicimos para Radio La Clave (92.9 FM) el domingo 4 de septiembre de 1988. (¡Han pasado casi 30 años!) El animador era el clásico Miguel Davagnino.
Tengo marcadas con un destacador amarillo mis canciones favoritas: Almost Grown (que tiene uno de esos coros divertidos), Johnny B. Goode (que va camino a otra galaxia en el Voyager), Little Queenie (que los Rolling Stones tocan con entusiasmo), Sweet Little Rock’n Roller (que tuvo una gran versión de Rod Stewart), Reelin’ and Rockin’ (los Dave Clark Five cubrieron maravillosamente esta canción), Too Much Monkey Business, No Particular Place To Go, Memphis Tennesee (una gran canción para los Animals) y Hail! Hail! Rock ‘n’ Roll.
Por aquellos tiempos (¡han pasado casi 30 años!), yo trabajaba y escribía en la «Revista del Domingo» de «El Mercurio», y me enteré de que se estaba estrenando en Estados Unidos un documental llamado Hail! Hail! Rock ‘n’ Roll (¡Salve, rocanrol!). El principal productor era el guitarrista de los Rolling Stones (Keith Richards), que ama profundamente la música de Chuck Berry. (En sus primeros tiempos, los Rolling Stones tocaron varias canciones de Chuck Berry, como Come One, Oh, Carol! y Around and Around, una canción de 1958.) El director, Taylor Hackford, el de «Reto al destino».
Entonces, hice esta crónica, que bauticé «En el nombre del rock».
EN EL NOMBRE DEL ROCK
Estados Unidos le dice «¡salve!» a Chuck Berry, héroe rock de los años 50. Estrenan película y publican libro sobre su vida.
Texto: Alexis Jéldrez
SI tuviera que darle otro nombre al rock, ¿cómo lo llamaría?
-Chuck Berry -respondió John Lennon hace varios años al presentar a este guitarrista, cantante y compositor negro en un programa de televisión.
En nuestro país casi no se lo ha escuchado.
-Algo sonó en la radio -nos dice el animador Miguel Davagnino-. No al nivel de la calidad que tiene. Más se supo de su influencia sobre otros artistas.
El coleccionista de discos rock Carlos Arancibia Castillo nos explica:
-Lo que pasa es que su sello no tenía representación acá. Las radios lo programaron muy poco.
No obstante, medios especializados cotizan a Chuck como el pionero más importante del rock. Desde aquellos tiempos en que se llamaba «rocanrol».
«Just let me hear some more that rock ‘n’ roll music, any all way you choose it» («sólo déjame escuchar un poco más esa música de rocanrol, de cualquier manera que quieras»), cantaba John Lennon en la década del 60, pero la letra y la música eran de Chuck Berry. «It gotta be rock ‘n’ roll music, if you wanna dance with me» («tiene que ser música de rocanrol si quieres bailar conmigo»).
La canción data de 1957. Dos años antes, Chuck Berry la había pegado con su Maybelline, «why don’t you be true» («por qué no dices la verdad»). El single se alineó en los wurlitzers entre los del patilludo Elvis Presley, del afeminado Little Richard, del gordinflón Fats Domino, del enroscado Bill Haley.
Considerado el primer poeta rock, sus letras reflejan los intereses de la efervescente juventud de la época de Peggy Sue: autos, colegios, chicas, música, wurlitzers, bailes. Abundan en referencias sexuales. Son pervertidas, agresivas. Chuck Berry fija la imagen del artista rock como un «fuera de la ley».
ERA INTERÉS POR EL ESPAÑOL
En su Roll Over, Beethoven, se mofa de la música clásica:
«You know my temperature is risin’, the jukebox blowin’ a fuse!
My heart is beatin’ rythm and my soul keep a-singin’ the blues.
Roll over, Beethoven, and tell Tchaikovsky the news!»
(«sabes que mi temperatura aumenta, al wurlitzer se le revientan los tubos,
mi corazón lleva el ritmo y mi alma sólo canta el blues.
Apártate, Beethoven: dile las novedades a Chaikovski.»)
El tema de 1956 lo conoció una generación posterior en la versión de los Beatles.
Pero el éxito más notable de Chuck Berry fue Johnny B. Goode, de 1958, la historia de un joven campesino que triunfa como astro rock en la gran ciudad. Johnny llega incluso más lejos: va camino a otra galaxia a bordo del Voyager, como muestra del buen gusto de la cultura terrícola.
También es Chuck Berry el primero en darle preponderancia a la guitarra eléctrica. La usa como un símbolo de virilidad, como un apoyo visual. Recorre el escenario, rodillas flectadas, efectuando su «caminata de pato» (duck walk) mientras puntea melodías con facilidad y rapidez.
Basado en el rythm and blues, su manera de tocar será la base para esos magníficos guitarristas solitarios de los años 60 como Jimi Hendrix, Jimmy Page y Eric Clapton.
A fines de los años 50, todo marcha estupendo para Chuck Berry. Ha impuesto un gran éxito, Sweet Little Sixteen (Dulces 16 años), se muda al barrio más elegante de Saint Louis, crea un maravilloso club nocturno, da recitales junto a Bill Haley o Little Richard…, cuando la chica del guardarropía de su club (una niña de 14 años) acusa a Chuck Berry de trasladarla de Nuevo México a Saint Louis con propósitos inmorales.
Eso es un delito federal.
El prolongado juicio demostró que ella, pese a su corta edad, trabajaba como prostituta cuando el cantante la conoció, y que había acudido con él por su propia voluntad.
Chuck Berry sostiene que su interés por ella se reduce a que la chica hablaba muy bien español, un idioma que él esperaba utilizar en sus composiciones.
Varios años pasó en prisión.
POCO QUE CONTAR
Cuando recupera su libertad en 1964, ya nada era lo mismo. Su familia lo ha abandonado, su club nocturno ha cerrado, la música rock ha cambiado.
Como en el comentario de Heráclito, ni siquiera él es el mismo: en algún momento, en algún lugar había perdido su modito alegre y despreocupado. Se veía distante, taciturno, amargado.
Nunca tanto como para dejar de cantar. No cree que jamás lo haga, confesó hace poco. Al cumplir 60 años en enero de 1986, uno de sus discípulos, el guitarrista Keith Richards, de los Rolling Stones, le preparó una verdadera fiesta musical. (El primer single de los Rolling fue un tema de Berry, Come On.) El director Taylor Hackford (Reto al destino) filmó la presentación y gestó la película Chuck Berry: Hail! Hail! Rock ‘n’ Roll (Chuck Berry: ¡Salve! ¡Salve!, rocanrol). No hay mucho entusiasmo por traerla a Chile.
Junto con el filme, Chuck ha estado ocupado promoviendo su libro Chuck Berry: The Autobiography (vale como 5 mil pesos). Y amenaza con una próxima obra en la que revelará su activa vida sexual. Aunque, señalan algunos, queda poco que contar.
Es su vicio. No consume alcohol ni drogas. «Siempre he estado sobrio.» Pero las mujeres lo tientan. A pesar de esto, lleva cuarenta años casado con Toddy, madre de sus cuatro hijos. rdd
- Escuchemos música de Chuck Berry hoy a las 22 horas en Radio La Clave, 92.9 FM.