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Entrevista al creador de los papelitos amarillos

lunes, octubre 31st, 2011

Una noche de Halloween hace veinte años, yo estaba en Minneapolis-St. Paul (las ciudades gemelas), en Minnesota (Estados Unidos).  Preparándome para entrevistar a Art Fry, el inventor de los «papelitos amarillos» en 3M. Salí a recorrer el Skyway: como hace tanto frío, en esta ciudad unieron las principales manzanas del Centro por arriba, de modo que uno puede circular libremente sin salir a la calle. Los niños disfrazados andaban felices pidiendo trick or treat.

Yo era el Jefe de Redacción de la revista «Siglo XXI – Ciencia y Tecnología» de «El Mercurio». Me había ganado la Beca Microsoft, un concurso para periodistas tecnológicos que había organizado Instrumentos para la Inteligencia, la empresa que representaba a Microsoft en Chile en ese momento. En el jurado estaban Jorge Andrés Richards y Silvia Pellegrini, directora de la Escuela de Periodismo de la Universidad Católica en ese tiempo.

El premio consistía en un viaje a Las Vegas, a la feria Comdex, y después a la sede de Microsoft, en Seattle.

Me acompañó el gerente general de Instrumentos para la Inteligencia, Arturo Alba García.

Fue mi primera Comdex; después, cubriría otras cuatro más en Las Vegas.

No era mi primer viaje a Estados Unidos. Seis meses antes había ido a Chicago, a cubrir el Consumer Electronics Show (CES), de verano, donde Commodore y Philips se enfrentaban por el mercado de los CDs interactivos: era el CDTV vs. CD-i.

En la Comdex de octubre de 1991, descubrí que la pelea entre Commodore y Philips no tenía sentido. Una de las sensaciones era «Multimedios»: la importancia del uso de los CD-ROMs en los computadores. «Me parece que los avances hechos para usar multimedios en el PC dejarán obsoletos a aparatos como el nuevo CD-i, de Philips, o el anterior CDTV, de Commodore. ¿Qué sentido tiene poseer un equipo que sólo muestra multimedios si un PC puede hacer lo mismo?» En «El Mercurio», me retaron por este párrafo. Los de Commodore eran grandes avisadores del diario y llegaron a reclamar que yo no podía descartar el futuro de uno de sus productos. La Editora de Suplementos me llamó a su oficina y me dijo que nosotros no podíamos andar anunciando lo que ocurriría… Sólo teníamos que mostrar lo que pasaba.

El viaje fue tremendamente productivo para la revista «Siglo XXI». Despaché varias notas sobre la Comdex, otras sobre Microsoft (entrevisté a Nathan Mhyrvold, su gerente de Tecnología); en Seattle, hice un reportaje sobre la Boeing…

Y paseamos por Seattle con Arturo Alba García en un Ford Malibu que arrendamos. Lo hice recorrer toda la ciudad hasta que encontramos la tumba de Jimi Hendrix (le dejé un cigarrillo Advance corto). En un supermercado, descubrí a uno de mis amores: la batería electrónica Yamaha DD-6. Hasta el día de hoy la tengo y me acompaña en mis grabaciones. Me costó 100 dólares. No importa que la tenga abandonada un par de años; la prendo y funciona.

Las relacionadoras públicas de 3M en Chile (María Elena Undurraga y María Teresa Correa) me programaron este viaje a St. Paul para entrevistar a Art Fry. El hotel en el que me alojaron era tan maravilloso, que me costó encontrar el baño…

En el mismo cuarto de hotel recibí a Art Fry. Como las personas realmente grandes, era simple y encantador. (Yo ya había aprendido esto cuando entrevisté a Miguel Torres en marzo de 1990: las personas realmente grandes son simples y encantadoras.) Recordaba remotamente al Caballero Blanco de Alicia A Través del Espejo, ése que inventaba trampas para ratones.

Art Fry no descansó hasta que me llevó a probar la mejor hamburguesa de St. Paul en su Nissan Sentra con una patente que decía «POST IT». «Mi jefe siempre me dice que debería cambiar de auto», me confesó.

Era una hamburguesa muy buena. Como para no volver nunca al McDonald’s.

El día anterior yo había estado en las oficinas de 3M, con el gerente de Márketing, quien estaba muy molesto porque usamos la palabra «scotch» como genérico para los papeles adhesivos. Nunca quisieron confesar cuánta plata había ganado 3M con los papelitos amarillos.

Cuando se despidió de mí, Art Fry me dijo: «Ahora voy a mi barrio a convertirme en héroe. Voy a limpiar la nieve».

Esta nota sobre Art Fry fue publicada el 6 de diciembre de 1991.

 

3M, Art Fry: Módulos Creativos

lunes, octubre 31st, 2011

EN 3M funcionan como un montón de pequeñas compañías agrupadas.

Cada una de las 45 divisiones se comporta como una empresa aparte: tiene su propio gerente general; sus ganancias y pérdidas. Una división puede crecer, o morir.

Art Fry piensa que esta estructura es funda­mental para una empresa que está interesada en manejar bien el cambio, y que desee crecer, «y 3M tiene mas tecnologías que cualquier otra empresa en el mundo».

Resulta:

—Cuando entré, 3M era una compañía de 250 millones de dólares. Cuando llegamos a los mil millones de dólares, pensé «bueno, eso sería todo». Cuando llegamos a los 10 mil millones de dólares, pensé «¿cómo lo haremos para seguir?». Vamos en los 13 mil millones de dólares…

Las ventas de 1990 de la Minnesota Mining and Manufacturing Company (nombre legal de 3M; lo usaba hace 80 años cuando sólo fabricaba lija) fueron 13.021.000.000 de dólares. El 6,6% lo destinan a Investigación y Desarrollo, donde trabajan casi 8.000 científicos (son unos $310.000.000.000.)

Cuenta con 90 mil empleados repartidos en 56 países.

—Y porque somos pequeñas unidades individuales agrupadas, pienso que seguiremos creciendo y manejando la diversidad, porque es el mismo principio con el que funciona la economía de libre mercado. La gente ve una oportunidad y la aprovecha. El problema de una econo­mía dirigida, como la soviética, es que simplemente ellos no pueden manejar todos los detalles.

En una administración dirigida —dice Fry—, la información viene de arriba y los de abajo obede­cen las instrucciones. En la funcional, las ins­trucciones circulan hacia arriba y hacia abajo. Y la tarea de la administración es facilitar las cosas.

Piensa que para 3M ha resultado provechoso trabajar en la frontera del conocimiento; tratando de aprehender lo nuevo. «Los de Investigación tra­bajan en esas áreas, y luego las personas de Desarrollo toman esta información y construyen aplicaciones comer­ciales para ellas.»

Este es el inventor de los papelitos amarillos

lunes, octubre 31st, 2011

Art Fry me contó que el color amarillo fue pura casualidad. "La gente cree que fue producto de una cuidadosa elección, pero la verdad es que estaba por ahí".

El inventor de los papelitos amarillos, Art Fry, lleva 38 años trabajando en 3M.  No piensa jubilar. Aún desarrolla nuevas tecnologías. Dice que el futuro nos depara un 20% de sorpresas.

EN 3M, el 25% de los productos que tienen en el mercado deben ser nuevos.

No es chiste, porque 3M fabrica ¡65.000 productos!

Los nuevos deben tener máximo cinco años de antigüedad.

Ahí, Art Fry (60, ingeniero químico, casado, 3 hijos, 3 nietos) desa­rrolló los papelitos amarillos engoma­dos, los Post-it Notes, alguna vez consi­derados uno de los 25 productos más útiles de los últimos 25 años.

Cuenta que otro químico de la empresa intentaba lograr adhesivos muy fuertes, muy pegajosos. Por error, le apareció un adhesivo de bajo poder. No se le ocurría qué hacer con él.

—Era muy interesante… —co­menta Art Fry—. El pensó que quizás era un error, y lo intentó de nuevo, y logró exactamente lo mismo. Y en ciencia cuando uno puede repetir algo, es muy interesante.

Tenía características especiales. Muchos de los adhesivos de bajo poder con el paso del tiempo se van poniendo cargantes de pegajosos: cuando uno los saca, destrozan el papel o se quedan ahí pegados para siempre.

Este no. Llegaba a un cierto nivel de «pegajosidad», y después permanecía ahí, inmutable. Por mucho tiempo.

Notable. «Pero en ese momento, na­die sabía exactamente qué hacer con él.»

—Una característica de 3M es que no botamos una idea simplemente porque no calza con lo que estamos haciendo: la diseminamos a través de una serie de mecanis­mos, para transferir el conocimiento por las divisiones.

COMO LA DEMOCRACIA

Art Fry tenía un problema: canta­ba en el coro de una iglesia, y marcaba dónde iba en el misal con un papelito. Y, claro, el papelito se le caía, y se le perdía dónde iba, y le tocaba su turno y estaba perdido. Entonces, Art pensó:

«Me pregunto si yo podría hacer un marcador de libros con este adhesivo de bajo poder, que se pegara suavemente a la página y no se cayera, pero que no rompiera el libro. ¿Cómo funcionará este adhesivo sobre papel?»

Era perfecto. «Y nosotros tenemos esa posibilidad de trabajar 15% del tiempo haciendo lo que nos dé la gana. Además, nos proporcionan un presupuesto ¡Porque qué pasa si tienes buenas ideas y no te dan las facilidades!…»

Le incorporó un fijador, se lo mostró a su jefe, y éste le comentó:

—Art, no es sólo un marcador. Es un papel autoadhesivo. Es una nueva manera de comunicarse.

Fry hizo un montón de muestras y las repartió. Después de 10 hojas, to­dos estaban adictos a los papelitos.

Trabajó nueve meses descubriendo una forma de recubrir los adhesivos.

-Hay revestimiento a ambos lados. El que va arriba es muy sofisticado, porque acepta escritura de todo tipo de lápices, pero no se pega demasiado al adhesivo de la hoja que va encima. Muy intrincado.

Entonces, fue a la administración y pidió gente con tiempo y habilida­des que él no tenía. «Esta es una empresa muy abierta. Cualquiera puede pedirle ayuda a cualquiera.»

—Si yo tengo un sueño o una idea que me excita y creo que tiene mucho potencial, pero requiere habilidades que no tengo, puedo pedir ayuda. Esto es algo muy fuerte. ¡Así funciona la democracia! El Gobierno no te dice «tienes que trabajar en esto». Las personas descubren en qué trabajar. Lo desarrollan y tienen éxito.

UNA ARENGA

Diseñaron un proyecto. Había muchos problemas que resolver. Co­sas que nadie había hecho antes. En 1977, ofrecieron los Post-it en cuatro ciudades. Fue un desastre. Estuvieron a punto de matar el proyecto. No se vendían.

Art Fry acudió donde los dos máximos ejecutivos de su división y los arengó:

—No maten el producto hasta que les  pregunten a las personas que los están usando.  Porque hay personas que los están usando y ellas nos dicen cuánto les gusta. No escuchen sólo a los que les dicen que no pueden venderlo. Ese es un problema diferente, un problema que tiene que ser solucionado -emocionado, suplicante-. Por favor, antes de que lo maten, vayan a las personas que los están usando y pregúntenles. Si les gusta,  encontraremos una manera de venderlo. Si no les gusta, mátenlo.

Motivados por tal plática, los altos ejecutivos partieron ellos mismos a vender los papelitos a una quinta ciudad. Ahora, distribuyeron folletos con muestras gratis. Diez hojitas hicieron el milagro: las ventas se fueron así para arriba.

En 1980, comenzaron a venderlo en todo EE.UU. y Canadá. En 1981, al mundo.

POR DIVERSION

-¿Qué está haciendo ahora?

-Estoy todavía desarrollando nuevos productos, nuevas tecnologías.

Cree que el futuro contiene alrededor de 80% de prolongaciones de lo que conocemos y 20% de sorpresas.

-¿Trabaja con mucha libertad?

-Hago lo que quiero.

-¿El 100% del tiempo?

-Sí.

-¿Pero le encargan proyectos especiales?

-A veces me piden, como ahora que me pidieron que conversara con usted.

-¿Cómo evitan que la gente llegue a cargos administrativos en los que son inútiles?

–Tenemos una progresión con una escala dual. Uno puede ascender por el lado administrativo o por el lado técnico. Por el lado administrativo, uno tiene responsabilidades de gente y de presupuesto. En el lado técnico, uno tiene cada vez más responsabi­lidades técnicas.

Fry ostenta el cargo de Científico de la Corporación. «Tengo responsabi­lidades técnicas no sólo por mí mismo, sino que también tengo que asegurar que la empresa está caminando en las direcciones técnicas correctas.»

No piensa jubilar.

—Aún me estoy divirtiendo.

Desde St. Paul, Alexis Jéldrez

Art Fry es Corporate Scientist de 3M. Desde 1984 pertenece a la Carlton Society, máxima distinción dentro de la compañía.

NOTA:

Art Fry no se cree la muerte. Es simpático. La patente de su Nissan Sentra dice «POST IT». En St. Paul, es una celebridad local.

OTRA NOTA:

La 3M es importante en St. Paul, y en EE.UU. es la empresa número 17 por sus utilidades: 1.308.000.000 de dólares en 1990. Dedica una enorme cantidad a Investigación y Desarrollo. Le gustan las cosas «que a otra gente le resultaría difícil fabricar: si es fácil, 3M no se interesa».

RESUMEN

Art Fry, científico de 3M, cuenta cómo inventó los papelitos amarillos engomados, Post-it Notes. De pasada, muestra técnicas que usa esta empresa para mantenerse en la frontera del conocimiento. Piensa que tiene que ver con la democracia y la economía de libre mercado dentro de la compañía.

Cierra sus puertas un icono de la tecnología en Chile

martes, marzo 23rd, 2010

Hoy, en Av. Salvador 1068, es el remate final de las últimas existencias de RIGG.

¡Cuántos recuerdos me trae RIGG!

¡Cuántas ferias Softel compartimos con su Gerente General, fundador y dueño, Ricardo Gutiérrez, siempre tan gentil, siempre tan amable!

En los primeros tiempos (estoy hablando de los comienzos de la década del 90), Ricardo nos invitaba a sus oficinas de Av. Salvador (en ese tiempo estaban al frente, en la vereda poniente) para mostrarnos las últimas novedades en proyectores. RIGG trajo los primeros; eran los Proxima, los InFocus. De esos tiempos en que había que cerrar las persianas para que se viera bien lo que proyectaban.

También fue pionero en los antivirus. RIGG (que es una sigla del nombre de Ricardo Gutiérrez Gatica) fue la primera empresa que trajo a Chile el antivirus VirusScan, de McAfee. Para que los clientes pudieran actualizar este antivirus, desarrollaron el BBS RIGG. Ya pocos se acuerdan, pero en ese tiempo (alrededor de 1995) por medio de los Bulletin Board Systems (BBS) los usuarios se conectaban entre sí utilizando un módem y un software. Era un sistema que sólo usaba texto: los usuarios podían bajar archivos, leer noticias, intercambiar mensajes o ver otro contenido proporcionado por el BBS.

Nosotros, en la recordada revista «Siglo XXI, Ciencia y Tecnología» del diario «El Mercurio» (uno de los nombres más largos que ha tenido jamás un suplemento), teníamos nuestro propio BBS, que administraba el imponente Alexander Schek.

El propio Leo Prieto describió a Schek en FayerWayer: «Comenzó escribiendo en la revista ‘Siglo XXI’ de ‘El Mercurio’ a principios de los noventa (publicación de culto), construyó y fue el SysOp del desaparecido BBS de ese mismo suplemento. Pero quizás todos lo recuerden como el  ‘gordito computín’ del programa Mr. Chips, transmitido por el canal de televisión Rock and Pop».

Entonces, se necesitaban modems; RIGG trajo los de US Robotics, uno de los líderes. Su competencia era Hayes, que también era bien distribuido en Chile; durante muchos años mi amuleto fue un pequeño destornillador que decía Hayes;  me lo habían regalado en un evento (tal vez presentando el veloz módem de 56 Kbps) en el Hotel San Francisco Kempinski: terminó en algún buzón de vidrio de un aeropuerto estadounidense.

Lo llamativo de la historia es que US Robotics fue la empresa que introdujo el Pilot (después llamado PalmPilot), uno de los primeros organizadores personales de éxito, antecesor del Palm.

RIGG trajo el Pilot 1000, el Pilot 5000. Después, el PalmPilot. (La empresa japonesa de lápices Pen Corporation obligó a US Robotics a abandonar el nombre «Pilot»; el siguiente modelo fue el Palm III, ya sin «Pilot»).

En algún lanzamiento de la Softel (o de la FISA) yo me gané un Pilot 5000 por adivinar que estaban tocando la canción «De Buen Humor», de Glenn Miller. Eso fue en el Hotel Santiago Park Plaza, de Av. Lyon. (Lo perdí en el asiento de una micro.) Mucho después, la empresa 3Com, que se había comprado a US Robotics, nos invitó a Chicago y nos regaló el Palm III. Bruce Claflin era el CEO de 3Com en ese tiempo y se reunió con nosotros: habían tomado la decisión de desprenderse de Palm. Los periodistas tecnológicos nos cansamos de decirle que era mala idea, pero no nos hicieron caso. Su argumento era que los distraía de su negocio principal; que llegaban a una compañía a ofrecer sus productos de redes y todos los ejecutivos sólo les preguntaban por la nueva Palm… Un pobre argumento. Yo conocía a Claflin de antes, cuando era ejecutivo de la PC Company en IBM. Habíamos estado juntos en Sao Paulo. Y estuve en una Comdex en Las Vegas en los tiempos en que fue Senior Vice President de Digital Equipment Corporation. «Conozco la cultura del Este y la del Oeste», me comentó Claflin.

Igual perdí ese Palm III, que me gustaba mucho.

Durante mucho tiempo, la empresa que más sabía de Palm en Chile era RIGG Tecnología.

Con la llegada de la Internet, RIGG también contó con un pionero servicio Proveedor de Acceso a Internet (ISP), que se llamaba Netup.

De todo esto conversábamos con Ricardo Gutiérrez en las amplias y extensas ferias Softel que realizaba la FISA en su Parque Cerrillos.

Se va RIGG.

Se va toda una era de la tecnología en Chile. Una era en que todo era novedoso, en que todo nos llamaba al asombro. Tan distinta a ahora en que todo nos parece dado.